“Se rumorea que el Gobernador tendría asegurado un puesto en el gabinete de Daniel Scioli, en caso de llegar a la primera magistratura nacional”.

Se desprende de ese párrafo que si gana Scioli la Presidencia, el Gobernador riojano tendría asegurado un lugar en el equipo del Presidente.  Recordemos que en ese artículo del mirador político de los fines de semana está el pensamiento del gobierno provincial. Y se reconoce que a Griselda Herrera no la quieren, de igual manera la mayoría de la dirigencia en Chilecito.

A continuación por si no lo leyeron aquí esta. Los vaivenes de la política siguen dando sorpresas, y por más que determinadas posibilidades sean consideradas como inimaginables, finalmente terminan por concretarse. El cierre de las listas para las PASO de agosto, así lo demostraron. Scioli- Zannini y Beder- Quintela son un claro ejemplo.

Sin ningún tipo de alivio, las mentes de los pensadores de los diferentes estratagemas trabajan a ritmo presuroso, al paso de los distintos compromisos electorales que fija un apretado calendario, cuya primera parada será dentro de exactamente dos semanas.

El oficialismo, tanto nacional como provincial, dieron muestras nuevamente de una gran capacidad de para reacomodar filas e ingeniárselas de la mejor manera para buscar la supervivencia en el poder. Tal como se viene poniendo de manifiesto en esta columna, el 5 de julio hace rato que dejó de ser una preocupación para el líder justicialista riojano, Luis Beder Herrera.

Luego del prodigioso entramado que diseñó de manera puntillosa en cada departamento de la provincia, el actual mandatario dio por cumplida esa tarea, considerando que el éxito está asegurado.

En las filas del oficialismo aprendieron a no discutir las decisiones de Beder, porque al margen de no entenderlas en su totalidad, saben que por algo realiza cada movimiento del tablero político local, pues lo conoce a la perfección por su permanencia de más de 30 años en el poder.

De más está decir que el posicionamiento que hoy ostenta Sergio Casas para luchar por la gobernación, obedece a parte de esa estrategia que surgió con la interna bederista.

Sustentado en el monstruoso aparato que tiene el oficialismo en cada rincón de La Rioja, el Gobernador considera que el triunfo es una garantía, porque sabe que la oposición sólo se sostiene por la imagen de Julio Martínez, el único hombre del radicalismo con capacidad para encarnar un proyecto, pero que no pasa de ese personalismo ante la evidente falencia de equipos y estructuras que lo acompañen.

Que puede ser un esquema falible, sin dudas, pero el tiempo y las experiencias previas son una muestra cabal que el margen de error es ínfimo.

En este sentido, vale mencionar lo sucedido con el intendente de la Capital, Ricardo Quintela, que pasó de ser el archirrival y candidato puesto a disputarle el poder, a ser el aliado incondicional del famatinense, en todo este proceso.

Beder descansa en esa tranquilidad, que a muchos candidatos del oficialismo les provoca gran preocupación por temor a lo que pueda suceder el domingo 5, pues la campaña electoral hasta ahora demostró ser más austera de lo previsto. Más allá de las críticas en voz baja que la gran mayoría expresa, las especulaciones indican que en este tramo final de la campaña, aparecerán los recursos que puedan trasladar ese grado de serenidad necesario al resto de la tropa bederista.

Desde ese sitial, Beder dejó en manos de la fórmula Casas- Bosetti todo el trabajo de campo y le otorgó la responsabilidad de asegurar la elección a los caudillos territoriales de cada departamento. Más allá de los detalles en los que se inmiscuyó, el Gobernador comenzó a mirar más allá del 10 de diciembre, cuando deba dejar el sillón que ocupa desde el 2007.

Con este panorama a futuro, Beder fue respetuoso de un compromiso asumido hace ya tiempo con la presidenta Cristina Kirchner, que encabezaría la lista de diputados nacionales este año.

La promesa surgió tras el pedido del Gobernador de adelantar las elecciones provinciales para los primeros días del mes próximo, lo que le permitía hacer pesar la localía, ante lo que podía ser una dispersión mayor de votos, si hacía coincidir ambas contiendas para octubre.

Si bien era un secreto a voces, Beder Herrera esperó hasta el último día para firmar su aceptación a la candidatura en primer término para la Cámara baja por el Frente para la Victoria en La Rioja. Sin dudas que un elemento determinante fue también la magistral jugada de Cristina, al insertar un hombre de su absoluta confianza como Carlos Zannini, en la fórmula que encabeza Daniel Scioli en la carrera por la Presidencia de la Nación.

Que el gobernador bonaerense sea el hombre elegido para encarnar la continuidad del proyecto nacional, desbrozó el camino para el Gobierno riojano, que mantiene una excelente relación con el “sciolismo”. Como así también, la decisión de Florencio Randazzo de bajarse de toda aspiración electoral para el 9 de agosto, le abrió las puertas para que el intendente de la Capital, Ricardo Quintela se sume al esquema de candidaturas nacionales.

La fórmula de Scioli – Zannini se convirtió de pronto en la mejor posicionada, pues suma un trabajo constante y prolijo del mandatario bonaerense en todo el país desde hace tiempo, a la unción que Cristina realizó para garantizar que el kirchnerismo no muera después del 10 de diciembre, cuando culmine su mandato.

En la vereda de enfrente, Mauricio Macri eligió una fórmula absolutamente centralista con Gabriela Michetti, pero aparece como el más fuerte dentro de la alianza “Cambiemos”, que también tiene al radical Ernesto Sanz y la siempre vigente “Lilita” Carrió.

Con los astros alineados a nivel nacional, el oficialismo riojano se propuso realizar un armado fuerte y contundente que le pueda otorgar un importante triunfo para ofrendar no sólo a Cristina, sino también a Scioli que llegará a La Rioja esta semana que se inicia, para dar un espaldarazo a Sergio Casas y Néstor Bosetti. Se prevé un multitudinario acto con epicentro en la avenida Rivadavia, a la vieja usanza peronista.

Con Beder Herrera como número uno de la lista, el Frente para la Victoria comenzó el diseño para el resto de los lugares en la lista de candidatos para inscribir para las PASO del 9/11.

Los rumores sobre la incorporación de Quintela, cada vez eran más fuertes durante la semana y hasta eran aceptados por el jefe comunal, al decir que si era necesario acompañaría la lista del peronismo y que bajo ningún aspecto enfrentaría a Beder, luego de su anhelada reconciliación.

Tras acordar que el cupo femenino lo ocupe Griselda Herrera, que va por la reelección en su banca como legisladora, la lista quedó confirmada con Beder a la cabeza y Quintela en tercer lugar, aunque la firma de este último se hizo esperar un poco más, pues entró en la negociación la lista de suplentes.

Sucede que el actual ministro de Gobierno, Claudio Saúl, estaba firme para primer suplente, sin embargo el intendente capitalino se plantó y amenazó con bajarse si no ocupaba ese lugar la secretaria de Comunicación Pública del municipio, Gabriela Pedrali.

Para evitar rupturas y mantener la paz reinante, se aceptó y se cerró la discusión con la firma de la aceptación de candidatura por parte de Quintela. Algo similar pasó con la postulación de Griselda Herrera, que más allá del círculo íntimo de Casas no logra la aceptación del resto de los “compañeros”, pero finalmente será de la partida. La tercer candidata suplente será Silvia Machicote.

La lista de parlamentarios del MERCOSUR será encabezada por el ministro Javier Tineo, quizá como premio a su exigua participación en aquella interna bederista del 8 de marzo. Así las cosas, el oficialismo logra armar una fuerte tracción de votos con Beder y Quintela como estandartes, para tratar de conquistar las tres bancas en disputa. Si esto sucede, los suplentes serán importantes, pues se rumorea que el Gobernador tendría asegurado un puesto en el gabinete de Daniel Scioli, en caso de llegar a la primera magistratura nacional.

Aunque esto resulte demasiado optimista, considerando los resultados de la última elecciones legislativa, no debería ser descabellado, pues además de tener una lista fuerte el peronismo, la oposición parece no lograr una conjunción de nombres que puedan conquistar un buen caudal de votos. Sucede que la alianza “Cambiemos” en La Rioja tendrá al radical Héctor Olivares encabezando la lista en busca de la reelección, a Iris Segura en representación del PRO y José Moretti del gremio de los Telefónicos.

Llama la atención la manera en que se excluyó a Guillermo Galván de la disputa, pues se trata de uno de los hombres con mayor aceptación dentro del centenario partido. Se pudo saber que no le dieron el acuerdo partidario para que participe y sin el ex diputado provincial en la cancha, la UCR de Martínez corre el riesgo de hacer una de las peores elecciones, pues ni Olivares ni Segura tienen un trabajo de posicionamiento en el electorado. Incluso el actual legislador nacional es también candidato a intendente por Arauco, con escasas chances de éxito.

Julio Martínez tendrá sólo un mes para ponerse la campaña de agosto al hombro, luego de participar el 5 de julio, donde tiene altas probabilidades de caer derrotado nuevamente frente al oficialismo. La carta a favor que pueden tener desde esta alianza, es el voto arrastre que se consiga con Mauricio Macri.

Así serán estos meses, sin descanso alguno ni para los miles de candidatos ni para los ciudadanos que desfilarán por las urnas al menos en tres oportunidades dentro de los próximos cuatro meses.